Vivimos en un país muy corrupto. Nos hemos
acostumbrado a que pasarnos una luz roja no importa si después “coimeas” al
policía y este no te pone la multa; que “pasar dinero por lo bajo” facilita y
apura gestiones en la municipalidad, en el poder judicial o casi en cualquier
otra instancia pública y privada del país. No sabemos bien cómo, pero hay
compañías que le deben millones al Estado peruano e igualmente continúan
operando, micros y taxistas con muchas multas no pagadas que circulan
libremente, autoridades públicas que gastan mucho más dinero del que declaran
en el pago de sus impuestos (si es que los pagan); y la lista podría ser
infinita.
Lamentablemente, la semana pasada tuvimos una vez más
la posibilidad de observar esta situación en el más alto poder del estado. El
presidente, Pedro Pablo Kuczynski, renunció a su cargo “a raíz de los videos
propalados por Fuerza Popular que exhiben una presunta compra de votos [para
evitar su vacancia] a cambio de obras”[1].
Esta situación ha llevado al congreso a nombrar una comisión que investigue estos
presuntos actos de corrupción y determine el grado de culpabilidad no solo de
miembros del propio gobierno, sino también del poder legislativo como los
congresistas Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez, Guillermo Bocángel, por citar
algunos[2].
Frente a esta situación de corrupción generalizada en
todos los estratos y lugares del país, siento, como educadora, la necesidad de preguntarme
qué debemos hacer con las futuras generaciones para ayudar a erradicar la
corrupción de nuestro país. ¿Enseñamos valores? ¿Cómo? ¿Estos se pueden
realmente enseñar? ¿Existe un desarrollo moral? ¿Se relaciona este con el
desarrollo humano? Son muchas las preguntas y el tema es muy amplio, por eso,
en estas líneas, plantearé solo algunas ideas al respecto.
Si
bien son muchas las definiciones que existen de “desarrollo humano”, desde el
punto de vista de la psicología este implica una visión integral de la persona:
involucra su crecimiento físico, su desarrollo cognitivo y psicosocial, y yo
añadiría, siguiendo esta línea de visión integral, también su desarrollo moral.
Supone una evolución permanente, perdurable, que se realiza por etapas al
propio ritmo del individuo y que a lo largo de la vida de una persona implica “crecimiento y declive, ganancia y
pérdida”[3]. Con respecto al desarrollo moral, Lawrence
Kohlberg fue uno de sus más conocidos estudiosos: realizó investigaciones sobre
el razonamiento moral a partir de la presentación de dilemas morales que
exigían a los entrevistados razonar y emitir un juicio moral. Kohlberg llegó a
la conclusión de que el desarrollo del juicio moral atraviesa tres niveles (preconvencional,
convencional y postconvencional) y que el paso de un estadio a otro depende del
desarrollo de la inteligencia y de “la perspectiva social desde la que
percibimos lo que está bien y las razones para actuar correctamente”[4],
aunque estos factores no son suficientes para el desarrollo del pensamiento
moral. Se puede afirmar que este sigue un proceso de crecimiento o de madurez
que va de esquemas más infantiles y egocéntricos a otros más maduros y
altruistas[5].
¿Y
la educación? ¿Se relaciona con el desarrollo humano y, específicamente, con el
desarrollo moral? ¿Qué papel juega la educación formal en el desarrollo de la
moral? En términos generales, podemos afirmar que la educación es un proceso
sociocultural que influye en la formación de los individuos; supone un
aprendizaje, pero no solo de conocimientos de distintas disciplinas en sí
mismos, sino también de saber procesar esos conocimientos y utilizarlos al
servicio de un bien común. La educación se relaciona directamente con el
desarrollo humano, ya que influye en él y tiene un impacto en el desarrollo de
la persona[6].
Y, por lo tanto, también en su desarrollo moral. Un estudiante de Kohlberg, Moshe
Blatt, comenzó a interesarse, en 1965, por la manera como podrían aplicarse las
ideas de Kohlberg en la educación. A partir de un experimento con escolares, a
los que sistemáticamente se les enfrentó a discusiones sobre dilemas morales
hipotéticos, Blatt concluyó que sí “podía estimularse el desarrollo de las
estructuras de razonamiento moral”[7]
en el aula y que el avance logrado se mantenía en el tiempo.
Teniendo
en cuenta lo expuesto, considero que sí se puede contribuir al desarrollo de
valores y de la moral en las aulas (nidos, colegios, universidades) y que esta
tarea debe ser prioritaria. En el colegio donde trabajo, por ejemplo, no es
extraño encontrarnos con niños que mienten sin reparo, que toman objetos que no
son suyos, que responden con agresiones físicas y/o verbales, y otras
situaciones semejantes. Y, lamentablemente, no siempre encontramos en sus
padres el apoyo necesario para corregir y encaminar a estos niños. Por esto, considero
que la educación no debe quedarse en la enseñanza de contenidos aislados,
despersonalizados o centrados en las tecnologías, esta debe enfrascarse también
en el fomento de la responsabilidad, sinceridad, honradez, empatía; en
síntesis, de valores fundamentales en la formación del ser humano para que este
logre impactar positivamente en su sociedad y cultura. A través de las tutorías
o en cursos como “Filosofía para niños” (ver recuadro), los colegios podemos (y
debemos) preocuparnos por desarrollar los valores en nuestro alumnos. El
educador debe ser consciente de la capacidad que tiene de ser agente de
transformación de las personas y preocuparse por el desarrollo moral de estas para
que aprendan a pensar y
desarrollar su mente, para el bien no solo propio, sino de toda su comunidad[8].
Es en este espacio donde podemos encontrar un camino para solucionar el
problema de la corrupción que vive el país.
[1] LA
REPÚBLICA. PPK renunció a la presidencia
de la República tras escándalo por 'keikovideos'. Consulta: 29 de marzo de
2018 http://larepublica.pe/politica/1214846-ppk-presento-su-renuncia-a-la-presidencia-del-peru-tras-keikovideos
[2] Gestión. Congreso inicia proceso de desafuero a
congresistas que participaron en 'Kenjivideos'. Consulta: 28 de marzo de 2018 https://gestion.pe/peru/politica/congreso-inicia-proceso-desafuero-congresistas-participaron-kenjivideos-229877
[3]
Demarini,
Flavia. Psicología del desarrollo humano
[diapositivas]. Powerpoint visto en clase el 13 de marzo de 2018
[4] Linde
Navas, Antonio. La educación moral según
Lawrrence Kohlberg: una utopía realizable. En: Sistema de Información Científica Redalyc.
Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal,
2009, p.9. Consulta: 27 de marzo de 2018.
[5] Filópolis.
Filosofía para no Iniciados. Estadios
evolutivos del razonamiento moral. Consulta: 27 de marzo de 2018. http://www.xtec.cat/~lvallmaj/passeig/kohlber2.htm
[6] Asimismo,
el desarrollo humano también influye en la educación, se trata de una relación
bidireccional, pero este aspecto no se desarrollará en este blog.
[7] [1] Linde Navas, Antonio. La educación moral según Lawrrence Kohlberg: una utopía realizable.
En: Sistema
de Información Científica Redalyc. Red de Revistas Científicas de América
Latina y el Caribe, España y Portugal, 2009, p.11. Consulta: 27 de marzo de
2018.
[8] Esta
enseñanza-aprendizaje debe necesariamente reforzarse con modelos en la casa. El
papel de los padres es fundamental para el desarrollo moral de sus hijos.
Aunque no he desarrollado este aspecto (por cuestión de espacio), me parece
importante señalarlo.
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